Los dolores que nos cambian y volver a abrir el corazón
Guía para pertenecernos a nosotros mismos y florecer... En condiciones normales yo diría que la mierda es solo abono y que hay que tratarla como tal pero
Me siento
acomodo las almohadas
siento que no puedo respirar
estoy intentando sentir pero hay cosas que son tas fuertes que no las sabes sentir.
Sentir sería como quitar una piedra después de la cual se va a derrumbar la montaña de la que la sacaste,
llevo 1 día intentando escribir sobre esto pero cada vez que empiezo me falta el aire
yo no tomo pero anoche ordené vino,
una botella entera llegó, para saber que solo tomaría una copa.
Una copa de vino fue suficiente para hacerme compañía mientras hacía turismo musical en Spotify
encontré una playlist que se llama “Sin ti”, escogí cualquier canción aleatoria y no pude salir de ahí
cerré el computador y el lugar donde estaba escribiendo estas letras.
Hay dolores tan grandes que no los puedes sentir.
Normalmente mi consejo sería que tomes lo que te duele y lo conviertas en arte, que le transformes y dejes que te transforme,
en condiciones normales yo diría que la mierda es solo abono y que hay que tratarla como tal.
Diría yo que la mierda solo nutre nuestra tierra para que después florezcamos
pero esta vez no
hay dolores tan grandes que no sabes qué hacer con ellos.
Dolores que te toman a ti y lo difícil es que tu puedas tomarlos a ellos
este dolor me tiene a mí,
como cuando un cáncer crece dentro de ti y batallas contra él haciendo que parezca que no es él quien está siendo intruso en tu cuerpo,
este dolor se ha creído mío
batallando me recuerdo que no, que este dolor no es mío.
No me pertenece el daño fue hecho en mí y tampoco puede cambiarme,
Este dolor me ha enseñado a pertenecerme.
Yo soy mía,
me pertenezco.
Sigo y siento,
llevo ya dos sorbos de la copa de vino
me baja como agua y como mares bajaron mis lagrimas
hay dolores que solo te corresponde sentir y no hacer más nada con ellos,
este era uno de esos.
No me dolía que él ya no estuviera, me dolía reconocer quien fui, al conocerle a él,
me duele que no sabía las verdades que me ocultó y que si hubiera sabido la verdad jamás siquiera le hubiera conocido.
Me duele que no sé cómo perdonarme después de haberle permitido estar en mi vida.
Me duele pero no él,
me duelo yo.
Lo que permití que pensé que jamás permitiría pero que no sabía,
No le he podido olvidar y van ya unos tres años ya.
Tres años que no han sido suficientes para aprender a perdonarme
tres años que me han hecho tras haberme deshecho,
no puedo decir que borraría esto pues hoy me pertenezco,
y en gran parte, para poder pertenecerme necesité primero derrumbarme como la piedra que sacas de la montaña y que provoca una catástrofe.
A veces me pregunto si el amor real existe
cuando has dado tanto amor sincero y luego te enteras que te estaban mintiendo en tu cara llegas a dudar que el amor siquiera pueda ser real,
a estas alturas ya llevo unas 8 canciones en karaoke y la copa de vino está casi vacía
creo que el amor si es real.
Escojo creer que el amor si existe porque puedo reconocer cuanto me amo hoy y todo lo que me entrego,
supongo que eso es información suficiente para saber que existe en el mundo, en algún lugar, alguien como yo que también ama desde la sinceridad y la verdad.
Hay heridas que se cierran pero con cicatrices que nunca se borran
esta es una de esas.
Celebro que hoy no está él, pero por siempre me entregó de recuerdo la cicatriz más grande que tengo.
Supongo que la cicatriz es mía, entonces la herida también…
Hay personas que nunca reconocerán lo que sientes ni nunca asumirán responsabilidad por sus acciones y eso también está bien.
Si ellos escogen ser niños entonces tu salte del juego y escoge cuidarte como adulta,
Y como adulta te sabes cuidar, te saber escuchar y honrar lo que necesitas.
A veces siento miedo
miedo de que la cicatriz sea tan grande que no me permita que llegue alguien más
¿Cómo volver a ser amor y verdad si haberlo sido antes causó tanto dolor?
Luego me recuerdo que el pasado ni existe y que la cicatriz me hizo otra persona y entonces me tranquilizo,
hasta que llegan días como hoy, en los que sientes todo, hasta lo que no sabías que llevabas dentro,
y en esos días, no queda de otra que ordenar una botella de vino y servirte una copa contigo haciéndote compañía, o con la persona que tengas al lado y reconocer que eso es una fortuna.
A estas alturas le queda a la copa el último sorbo y como era de esperarse ya estoy tan cansada que, sin querer, la regué,
ahora el piso también lleva vino
pero lo más curioso es darte cuenta que así seques el piso, no puedes volver atrás y, sin importar que todo parezca igual, ya todo el espacio huele a vino aunque no se pueda ver.
La vida funciona igual, sin importar que hagas o que todo parezca “igual”: No se puede volver atrás y nunca nada volverá a ser lo que fue porque cada instante es único e irrepetible.
Keep reading with a 7-day free trial
Subscribe to Letras que son hogar to keep reading this post and get 7 days of free access to the full post archives.